En el año 1914, se editó la obra decisiva para conceder a Juan Ramón Jiménez el Premio Nobel de Literatura, PLATERO Y YO.
Aunque en un principio no era obra para niños, el autor respetó que se destinara a literatura infantil, porque según él, "a los niños no hay que darles disparates para interesarles o emocionarles, sino historias de seres o cosas reales tratados con sentimiento profundo, sencillo y claro".
La obra es un recorrido por Moguer (Huelva), por sus gentes, calles, formas de vida...
Una crítica sutil de las injusticias sociales de la época, de la situación de un pueblo andaluz de principios del siglo XX, y que a la vez muestra la fuerza, el color del paisaje y características de su gente.